A propósito del día del trabajo te quiero contar unos datos que tal vez no conoces sobre la desigualdad laboral y 5 buenas prácticas que puedes implementar en tu empresa para contribuír a la equidad. Esta información puede responder a la pregunta que aún se hacen muchos con respecto a que "Si hombres y mujeres tenemos ya los mismos derechos, ¿entonces porqué sigue existiendo el Feminismo?" Bueno, te sorprenderá saberlo.
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Y es que a pesar de que las mujeres comenzaron a participar en el mercado laboral ingresando en masa a las fábricas y oficinas durante las guerras mundiales, no fue hasta la década de 1960, que la Segunda Ola Feminista impulsó cambios legislativos, como la Ley de Derechos Civiles de 1964 en EE. UU., que prohibió la discriminación laboral por motivos de género, situación que aún hoy en 2024, es común que suceda.
Los derechos laborales de la mujer, no tienen ni 100 años de existir, por increíble que parezca. Por lo que en este año en el día del trabajo, conmemoramos el 60 aniversario del inicio de los derechos laborales para las mujeres, y ¿adivinen qué? Aún falta mucho. Y para muestra los números que nos hablan de la participación de las mujeres en el mercado laboral, el trabajo precarizado, la violencia laboral y el trabajo de cuidados no remunerado, que retomaremos a continuación.
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BAJA PARTICIPACIÓN. La participación de las mujeres en el mercado laboral es muy baja, en comparación con los hombres. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, la tasa de participación laboral de las mujeres en el 2023 fue del 46 %, mientras que la tasa de participación de los hombres fue de 76 %.
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TRABAJO PRECARIZADO
La mayor parte de las mujeres que trabajan lo hace en el sector informal con alto riesgo de pérdida de empleo. Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, alrededor del 56 % de las mujeres en el país tienen trabajos precarizados, es decir, empleos informales o con condiciones laborales inestables y de baja calidad. Esto incluye trabajos temporales, sin prestaciones sociales, bajos salarios, falta de seguridad laboral y vulneración de derechos laborales.
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BRECHA SALARIAL. En cuanto a la brecha salarial de género, en México las mujeres ganan en promedio un 16% menos que los hombres. Esto significa que por cada peso que gana un hombre, una mujer gana aproximadamente 84 centavos, por hacer el mismo trabajo.
Aunado a la brecha salarial, hay brecha de oportunidades en la promoción y desarrollo del liderazgo. Si te interesa este tema, puedes conocer más aquí:
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VIOLENCIA LABORAL. Según la Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, el 26.6% de las mujeres en el país han experimentado algún tipo de violencia en el ámbito laboral. Esto incluye actos de acoso sexual, discriminación de género y hostigamiento, con los compañeros de trabajo (35.2%) y los superiores jerárquicos (19.3%) como los principales perpetradores. Si te interesa el tema, conoce más aquí.
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TRABAJO DE CUIDADOS NO REMUNERADO
El TCNR como cuidar a los niños, adultos, enfermos o personas dependientes, las tareas domésticas, hacer las compras o recoger a los niños, recae de manera desproporcionada en las mujeres, llevando a una mayor carga de trabajo y limitando su sus oportunidades de empleo remunerado, acceso a educación y desarrollo profesional. Según un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en promedio, las mujeres latinoamericanas dedican alrededor de 5.3 horas diarias al trabajo de cuidados no remunerado, mientras que los hombres dedican solo 1.7 horas diarias a esta tarea.
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SESGOS DE GÉNERO.
Los sesgos de género son prejuicios o suposiciones basados en el género de una persona, en lugar de en sus méritos o habilidades individuales. Estos sesgos pueden manifestarse de diversas formas en la sociedad, como en la discriminación laboral, los estereotipos de género, la asignación de roles y responsabilidades, entre otros. Algunos ejemplos comunes de sesgos de género incluyen la creencia de que ciertas profesiones son más adecuadas para un género en particular, la subvaloración del trabajo doméstico y de cuidados, y la tendencia a juzgar a las personas en función de estereotipos de género en lugar de sus capacidades reales. Los sesgos de género influyen en la contratación, la promoción y la evaluación del desempeño y liderazgo de las mujeres en las organizaciones. Si te interesa este tema, puedes conocer más aquí:
¿Puede tu empresa marcar la diferencia?
La buena noticia es que SÍ. Y la clave es la creación de un nuevo mindset cultural en tu empresa que provoque cambios en la sociedad para no permitir que las mujeres, que somos el 52% de la población, quedemos fuera del juego.
Algunas buenas practicas que puedes implementar son:
1. Charlas de sensibilización y prevención para todo el personal buscando identificar los posibles sesgos y actitudes que habitan en nuestra cultura, y que pudieran ser discriminatorios e incluso violentos para las mujeres.
2. Con acciones afirmativas que demuestren verdadera inclusión, abriendo espacio en las direcciones y posiciones de liderazgo para ellas.
3. Realizar una auto-auditoria para descubrir si existen brechas salariales en tu organización y de ser así, corregirlas, igualando el sueldo de ella al de él (nunca al revés).
4. Crear políticas de equidad que incluyan flexibilidad laboral y trabajo híbrido y que consideren todas las dimensiones de las vida de las mujeres que son exclusivas a ellas.
5. Montar un departamento de diversidad e inclusión o un comité que verifique periódicamente que los procesos humanos de la organización consideran la perspectiva de género, la equidad e inclusión.
¿Quieres saber como puedes llevar a cabo estas acciones en tu empresa? Agenda una sesión de consultoría gratis aquí.
Mientras tanto, quédate con esto: Aun en el 2024 las condiciones para el trabajo entre hombres y mujeres no son las mismas, y poco a poco necesitamos forjar desde las organizaciones e instituciones, una cancha más pareja para que nadie se quede fuera por razones de género, raza, identidad o preferencia sexual, entre otros rasgos. Si aún no sabes cómo, no te preocupes, nosotros te ayudamos, contáctanos o agenda tu sesión y ¡listo!
Gracias por leer.